Un hombre rondando los cincuenta años, se compra un Porsche y sale a probarlo a la autopista, a toda velocidad.
Al instante ve por el retrovisor las luces azules de una patrulla de la Federal de Caminos, siguiéndole.
"No hay forma de que me alcance con este coche (piensa)" y acelera a fondo. Inmediatamente se da cuenta del lío en que se está metiendo, y se detiene a un lado de la autopista.
El policía se acerca, no dice nada, le pide la licencia de conducir y la documentación del coche, lo mira todo muy despacio, da una vuelta alrededor del Porsche, vuelve a la ventanilla del conductor y le dice finalmente:
"Mire amigo; hoy ha sido un día muy pesado, es viernes y estoy a punto de terminar mi turno de servicio. No tengo ganas de papeleo, así que si me da una buena excusa por su exceso de velocidad, una excusa que no haya oído nunca, le dejo marcharse de aquí ahora mismo..."
El hombre lo piensa unos segundos y le responde: "La semana pasada mi esposa se fugó con un patrullero de la Federal de Caminos, y al ver las luces me dio miedo de que usted me la estuviera tratando de devolver".
"Buen fin de semana", dijo el guardia.
¡Circule con mucha precaución!